Los científicos no pueden culpar al calentamiento global de cualquier evento en particular; sin
embargo, pueden evaluar cómo el cambio climático ha alterado las posibilidades de que ocurran
dichos eventos, dijo en una reunión informativa con la prensa Tom Peterson, de la Agencia Nacional
Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). Peterson es editor de un reporte que
incluye el análisis publicado por el Boletín de la Sociedad Estadounidense de Meteorología.
En el análisis sobre Texas, investigadores de la Universidad Estatal de Oregon, y de Inglaterra, se
percataron que el estado padeció una ola de calor récord el año pasado. Esto ocurrió durante el
patrón climático conocido como La Niña, la otra cara del fenómeno conocido como El Niño.
Causada
por el enfriamiento del Océano Pacífico central, La Niña generalmente baja las temperaturas globales,
pero puede esperarse que haya un clima más cálido y árido en los estados del sur de Estados
Unidos. Sin embargo, más allá de eso, los científicos se preguntaban si el calentamiento global afecta
las probabilidades de que suceda un evento como ese.
Para descubrirlo, corrieron un buen número de simulaciones por computadora del clima texano
durante los años que ocurre La Niña. Compararon el resultado con tres años como esos registrados
en la década de 1960 con el de 2008, que fue utilizado como si fuera el 2011, ya que no fue posible
hacer la simulación del año pasado. La idea, dijeron, era revisar la probabilidad de que esa ola de
calor, tanto antes como ahora, haya sido en buena medida causada por los cambios climáticos
provocados por el hombre, principalmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón y el
petróleo.
La conclusión: el calentamiento global ha hecho que una ola de calor como la registrada en Texas sea
20 veces más probable de ocurrir durante el año de La Niña.
Con un acercamiento similar, los científicos de la Universidad de Oxford y el gobierno británico
observaron las temperaturas de la región central de Inglaterra. El noviembre pasado fue el segundo
más cálido en la zona en más de 300 años. Y diciembre del 2010 fue el segundo más frío en el mismo
lapso.
Su análisis concluyó que el calentamiento global ha hecho un noviembre cálido como ese unas 62
veces más probable, y un diciembre tan frío apenas la mitad de probable.
Kevin Trenberth, de la sección de análisis climático del Centro Nacional para el Estudio Atmosférico,
dijo que el estudio británico le parecía razonable, dados los modelos climáticos que llamó
imperfectos. En cuanto al resultado de Texas, dijo que dada la manera en que se hizo el estudio, el
incremento calculado de probabilidad "bien podría estar subestimado".
Un tercer análisis consideró las inusuales riadas del año pasado en el centro y sur de Tailandia,
incluyendo barrios en Bangkok. El resultado no dio señales de que el cambio climático haya tenido un
papel en el evento, e hizo notar que la cantidad de lluvia no era tan inusual. La escala de la inundación
fue influida más por factores como las políticas de operación de reservas, dijeron los investigadores.
También en dicha reunión informativa, la NOAA dio a conocer su reporte climático de 2011, el cual
incluyó varias estadísticas similares a lo que había anunciado previamente.
El año pasado fue el más frío desde 2008 en términos de promedio global de temperaturas, aunque
aún está entre los 15 más cálidos desde que se empezó a llevar registro a finales del siglo XIX, dijo la
agencia. Asimismo, se colocó por arriba del promedio para el período entre 1980 y 2010
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